¡VIVAN LAS LESBIANAS ! Esta película se convirtió automáticamente en una de mis favoritas. Es refrescante, crítica y juguetona. Un buen amigo me dijo que está película tenía su escena favorita de karaoke y comparto el sentir.
Cheryl Dunye se interpreta a sí misma en esta ficción que a ratos parece ser un documental (pero no lo es) en el que intenta descubrir quién fue realmente una actriz negra apodada como “the watermelon woman” en las películas en las que actuaba por ahí en los años 40.
La película hace un análisis del cine del pasado para reflejarlo en la contemporaneidad de su creadora en los años 90. No ha cambiado mucho, y si bien ahora las mujeres negras son reconocidas por sus nombres en la plantilla de créditos, abrirse paso en la industria sigue siendo un desafío, así lo remarca su creadora.
Me encanta la dualidad que vive la protagonista una vez que empieza a encariñarse con la intelectual Diana, una joven blanca y de buen pasar que parece estar muy interesada en apoyar lo más que pueda en el proyecto de Cheryl . Diana es la clase de persona que si le preguntan qué pediría si tuviera solo un deseo diría LA PAZ MUNDIAL. Todo parece ir bien, candente y cariñoso hasta que la joven negra se da cuenta de que el rasgo humanitario de Diana es un poco insoportable.
The Watermelon Woman es una representación de lo callejero y lo bohemio que es parte de la vida queer en Estados Unidos. Se abre paso por las calles y por los bares con una cámara amistosa tipo handycam que a ratos apunta al suelo cuando no quiere ser vista y que suele capturar la sonrisa cálida de su protagonista.
Creo que es una película atemporal, pienso que es una de esas cosas que metería en una cápsula del tiempo para que al verla pensemos “no hemos cambiado nada, ni un poco”. Invitaría a la mismísima Cheryl Dunye para que fuera parte de la ceremonia.
Que aquellos que ya tienen historia no intenten contar la de los demás. Algo así pensé mientras la veía.
Les dejo link para verla, puede presionar ACÁ y listo !!